En la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud celebrada en Alma-Ata en 1978 se adoptó como meta mundial para el entonces lejano año 2000 el concepto de "salud para todos". Ocho años después, esto sigue siendo una utopía.
Guiados por un paradigma Antropocentrista olvidamos la lejana afirmación del Jefe Indio Seattle cuando en el año de 1885 el gobierno norteamericano le propuso la compra de sus tierras: “Todo lo que hiere a la Tierra herirá también a los hijos de la Tierra… continué contaminando su cama y alguna noche terminará asfixiándose en su propio desperdicio”.
Olvidamos la interacción multidimensional, la integración y el equilibrio de las relaciones entre el ser humano, el ambiente y la sociedad. Tomamos de la naturaleza lo que queremos, nos decimos dueños del mundo y creemos que todo cuanto existe esta subordinado a nuestra voluntad.
De ahí que pese a los avances de la ciencia, la tecnología, la comunicación y la agricultura, la humanidad no ha podido establecer la igualdad social ni resolver los numerosos problemas que la aquejan.
De ahí que pese a los avances de la ciencia, la tecnología, la comunicación y la agricultura, la humanidad no ha podido establecer la igualdad social ni resolver los numerosos problemas que la aquejan.
Por ello la urgencia de cambiar el paradigma, de reconocernos como parte de un todo en el que el equilibrio debe ser respetado, en el que rige una visión Biocentrista que respeta ante todo la VIDA.
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