sábado, 6 de marzo de 2010

RESIDUOS SÓLIDOS: ENTRE LA PRIVATIZACIÓN Y EL ABANDANO.


La situación que atraviesa el Relleno Sanitario de El Inga finalmente pone al descubierto una de las mayores amenazas en salud socio ambiental en el Ecuador y visibiliza la urgencia de proponer alternativas estructurales en el tema de “desechos”.

Según el censo realizado por el MIDUVI en el 2007, sólo el 30% de la basura generada se dispone en buenas condiciones, por lo que el 70% restante se arroja en cuerpos de agua, quebradas, terrenos baldíos y basureros clandestinos. El basural de Portoviejo, ubicado a 2.5 km del centro de la ciudad en la vía a Calderón, constituye un claro ejemplo de la desvinculación del Estado y los gobiernos locales en los procesos de tratamiento de Residuos Sólidos (RS).

Pese a la existencia de un convenio firmado entre la I. Municipalidad de Portoviejo y la “Asociación de Recicladores 17 de Septiembre”, en marzo de 2009, en el que la Municipalidad se compromete a atender a los recicladores/as priorizando a los 98 niños/as y sus familias a través de restituir sus derechos en salud, educación y recreación generando procesos de fortalecimiento organizativo para la coordinación del sostenimiento y manejo de botadero municipal, en la práctica la situación es extrema.

Hectáreas de basura sobre basura, biogás en forma de niebla adormece las historias de familias enteras que viven en medio de la violencia y el desecho de una sociedad que oculta con descaro la irracionalidad de su sistema.

Niños/as jugando con desechos biopeligrosos, seres humanos peleando con perros por comida descompuesta, animales pastando en medio del desecho que se incendia en su propio gas. No existen palabras suficientes para transmitir la indignación frente a la impavidez con la que se ha naturalizado que nuestros hermanos y hermanas recicladores/as sostengan modos y estilos de vida que los coloca a nivel de “basura humana”.

El diagnóstico del estado actual del botadero municipal elaborado por el Arq. Pedro Vélez, director de Planificación del Municipio de Portoviejo, expone los siguientes problemas: la disposición de desechos se ha extendido a la vía de acceso; existe infraestructura absolutamente deteriorada, en condición de abandono, que está siendo utilizada (con autorización del municipio) por los recicladores/as para la clasificación, estos espacios constituyen a su vez criaderos de animales; ausencia de iluminación para el trabajo nocturno; depósito realizado por vehículos de instituciones y particulares; recicladores/as trabajando sin protección, sin atención en salud, sin acceso a educación; niños/as trabajando con sus padres y en contacto con desechos biopeligrosos; no existe control de vectores; presencia de animales: perros y vacas; viviendas en el sector; equipos inadecuados para el manejo (no existen carros de recolección suficientes ni un tractor adecuado); ausencia de manejo de biogás y lixiviados; los centros de acopio de material reciclado se disponen en la vía principal.

La Dirección de Higiene y Aseo es la encargada de la recolección de desechos utilizando para ello 7 carros compactadores y 8 volquetas, luego de disponer estos desechos en el basural, una cargadora frontal trabaja 4 veces por semana en el desalojo de residuos, ahí termina el trabajo del Municipio.

Entonces inician las historias que quitan el sueño y nos roban la esperanza, las inequidades estructurales que sostienen relaciones violentas y de explotación que juegan en medio de la “ley de muerte” impuesta por el capitalismo en un marco de “pseudolibertad”, en la dicotomía “excedente-escasez”.

Quienes están en el extremo de la escasez viven del excedente traducido en desecho, y reproducen relaciones de jerarquías de poder a merced de garantizar su supervivencia. Los compradores explotan a los compañeros/as recicladores/as quienes a su vez han establecido un sistema de escalafones dentro de su organización.
El fetichismo de mercado impuesto por el capitalismo transmite la falacia de libertad e igualdad: “todos tenemos las mismas oportunidades en un mercado libre”, mientras la oferta de mercancías crece cada vez más, son cada vez menos personas las que pueden adquirirlas.
El actual modelo de producción se sostiene en la creación de una serie de necesidades ficticias, en la comodidad de los desechables, en la producción desmedida. De ahí el crecimiento exponencial de los desechos paralelo al cambio cualitativo en el tipo de basura, en una transición de un porcentaje mayoritario de desechos orgánicos a la primacía de los envases

A 600 km de distancia, el proyecto de relleno Sanitario de El Inga evidencia el otro lado del desecho, la privatización y fragmentación en el manejo de RS de una metrópoli que con 2’000.000 de habitantes genera un promedio de 1.500 toneladas de basura diarias.

Cuestionar el modo de procesar la basura es oponerse al modo de producción y de reproducción del capitalismo, es cuestionar la privatización y las tasas de servicios ambientales que responsabilizan a toda la ciudadanía de un nivel que no le corresponde encubriendo a los verdaderos responsables de costear el monto total de operación de la basura.
La historia del manejo de los RS en la ciudad de Quito es un claro espejo de los procesos que vivió el Ecuador en la instauración del modelo neoliberal: el deterioro de las instituciones públicas, la privatización, tercerización y subcontratación, que han dejado una gran herencia de pasivos ambientales, desvinculación o duplicidad de responsabilidades.

En diciembre de 2002 y con el cierre parcial (aún no se ha hecho un cierre técnico) del “Botadero de Zámbiza” en el sector de Poroto Huayco, inicia el proyecto de Relleno sanitario en el Inga Bajo, manejado hasta el año 2005 por la Corporación de Construcciones y Servicios (CORPCYS), filial del DINE.

En noviembre del 2006, la Municipalidad, la Corporación de Salud Ambiental de Quito, Fundación Natura y Natura Inc. suscribieron el contrato de construcción operación y manejo del relleno sanitario de Quito y transporte de los desechos sólidos desde la Estación de Transferencia N° 2 hasta el relleno sanitario, fijándose un plazo del contrato de 15 años, y las tarifas por disposición: USD 6,22 por tonelada; por tratamiento de lixiviados y gas: USD 0,71 por tonelada; y por transporte USD 0,11 tonelada kilómetro.
En la actualidad la recolección, transporte, tratamiento y disposición de residuos está concesionada a varias empresas privadas quienes a su vez han establecido subcontrataciones. Tal como se muestra en el siguiente diagrama la empresa pública EMASEO ha perdido su capacidad de gestión y se constituye únicamente como empresa operadora. Con el cambio de gobierno local, la Corporación Vida para Quito se encuentra en Liquidación.
Adicionalmente, el manejo de escombreras está a cargo de EMOP (Empresa Municipal de Obras Públicas), de los Aceites se encarga la empresa privada BIOFACTOR y de los filtros INCINEROX.

La fisura en la piscina N. 6, de las 19 que existen en el relleno evidencia la negligencia en el manejo de lixiviados, en “El Inga Nº 2 se acumulan 106 000 m³ de lixiviados, de ellos, solo 50 m³ han recibido el debido tratamiento para posteriormente ser desalojados al río Inga, cuando el promedio diario de despacho debiera ser de 200 metros cúbicos. Los tanques de almacenamiento se encuentran sobre los límites de seguridad (3 800 m³) por lo que corren el riesgo de desbordarse durante el invierno y cuatro piscinas no funcionan pues también tienen fisuras. Existe además un pasivo ambiental de la primera fase del relleno operada por CORPCYS, El Inga 1, que no ha recibido un proceso de cierre técnico, y ha dejado 150 000 metros cúbicos de lixiviados sin tratar, responsabilidad asumida por Natura Inc. en Enero de 2008” .

Sin embargo, la situación del relleno Sanitario aborda problemas mucho más complejos: actualmente el biogás es quemado en mecheros cuando podría ser recuperado y utilizado como alternativa energética, las comunidades vecinas, afectadas por los impactos socio ambientales no han recibido las compensaciones ofrecidas, no existen procesos de monitoreo ciudadano, participación y empoderamiento de las comunidades quienes ni siquiera conocen en qué se han invertido los USD 32.000 de los USD 155.000 que se recaudan en un fideicomiso para obras de mitigación ambiental.

La situación del manejo de RS en el Ecuador debe considerarse en emergencia y requiere del trabajo integrado entre Municipios y Ministerios de Ambiente, Salud Pública, Desarrollo Urbano y Vivienda.
Comprender la problemática de “los desechos” únicamente desde los residuos sólidos domésticos, o de los sistemas de disposición final nos lleva a una visión fragmentaria y tecnicista que resuelve las urgencias sin análisis críticos estructurales y por ende propone soluciones parciales y fragmentadas, que no resuelven los problemas de raíz sino los neutralizan o desplazan.

ASOCIACIONES DE RECICLADORES/AS: TESTIMONIOS DE EXPLOTACIÓN Y RESISTENCIA EN MEDIO DE LA BASURA.

Recorrer el camino oculto de la Amazonía Ecuatoriana, el de basurales y desechos, es recorrer historias de violencia, inequidad y abandono, es reconocer a quienes han debido pagar el costo del sistema extractivista, de libre mercado y consumo desmedido.

Según los datos del Miduvi , solamente el 17,17% de la basura producida en el Oriente se dispone en Rellenos Sanitarios y únicamente el 11,17% de los desechos hospitalarios se disponen en celdas diferenciadas. En este contexto, el presente boletín pretende visibilizar el papel de las empresas en la generación de basura, la explotación laboral de recicladores/as y los impactos en salud en las comunidades vecinas a basurales.

Iniciando el viaje con el Basurero Municipal del cantón Lago Agrio, encontramos a Don Jacinto Ovando, presidente de “Recinto Puerto Rico”,
comunidad ubicada a 500m de distancia del botadero. En medio de la satisfacción de encontrar una comunidad con sólidos procesos de organización (70 socios con reconocimiento jurídico), don Jacinto nos comenta de las múltiples denuncias a organismos diversos: Defensoría del Pueblo, Comisaría de Salud y Ministerio de Ambiente:

“Hemos hecho todas las denuncias, pero no hemos visto nada, ninguna respuesta, mientras tanto no tenemos que agua coger, todos los lixiviados están empozados y bajan por el estero hasta el Río Aguarico. Ha salido gente enferma: de la piel, del estómago y hasta se han muerto de cáncer.”

Efectivamente, 63 hectáreas se han dispuesto para este botadero que lleva 13 años funcionando, la basura es colocada sin ningún criterio y 8 recicladores/as trabajan sin medidas de protección rescatando cartón, plástico y chatarra.

El análisis del “desecho” en la Amazonía debe contextualizarse con su indisoluble corolario: la actividad petrolera. Siguiendo el oleoducto, a dos horas y media, en el cantón Francisco de Orellana (Coca) encontramos un panorama muy similar: un botadero sin control de biogás, lixiviados ni vectores se dispone a 200 m de la comunidad “La Paz”.
Con una población de 42.010 habitantes , en Coca se producen aproximadamente 35 toneladas de basura en la ciudad, 5 a nivel de las parroquias y 5 entre las diez compañías petroleras existentes en el cantón que con excepción de los lodos (enviados a Shushufindi), disponen en el botadero todos sus desechos sólidos.

El Municipio, a través del Departamento de Gestión Ambiental, ha establecido un convenio con la Asociación de Recicladores de Orellana –ARO- conformada por 23 socios/as quienes reciben un pago mensual por la recolección, clasificación y reciclaje (el municipio provee los carros recolectores y el chofer), así mismo, es responsabilidad de los recicladores/as establecer con las compañías petroleras convenios para el tratamiento de sus desechos:

“Nosotros tenemos que recoger y clasificar toda la basura de la ciudad, luego vendemos pero los intermediarios pagan muy barato, casi no sacamos nada. Lo que nos paga el Municipio es muy poco, tenemos que trabajar más de 12 horas para alcanzar a hacer todo. LOS DE LAS EMPRESAS PETROLERAS TAMPOCO QUIEREN PAGAR, DICEN QUE NO SACAN TANTA BASURA Y PAGAN MÁXIMO 200 AL MES”
Reciclador, ARO.

En la provincia del Napo, cantón Tena, la Asociación de Trabajadores del Barrio 21 de Enero está conformada por 45 socios, 15 varones y 30 mujeres que diariamente recuperan materiales de las 7 hectáreas dispuestas para botadero municipal.

“El Municipio no nos ayuda con nada, ni para protegernos, ni para trabajar. Cada que se acuerdan nos hacen atender por el médico, la última vez fue hace unos tres años. Aquí nos dieron este galpón y nada más. Los intermediarios no nos quieren pagar lo que es, aquí casi no sacamos sino para lo básico”.
Reciclador, Barrio 21 de Enero.

La explotación, humillación y abandono de la que son objeto las asociaciones de recicladores/as alcanza mayores dimensiones en Pastaza, cantón Puyo, donde la Asociación de Minadores del Puyo pone en discusión los proyectos de erradicación del trabajo infantil peligroso. Niños/as crecen escondidos entre el material de acopio dispuesto en carpas: los más grandes ayudan a sus madres, los más chiquitos pasan horas de abandono esperando que cuando las máquinas dejen de trabajar sus madres finalmente los escuchen llorar, con temor doña Mariana se atreve a decir:

“Mire, yo sé que es peligroso que los niños estén aquí, ya una vez nos denunciaron y vino el Innfa, entonces el Municipio nos dijo que es prohibido que vengamos con niños, que nosotros veremos donde les dejamos y que sino ni vengamos, pero no es que no sepamos, no tenemos que más hacer. A veces trabajamos con los guaguas cargados, y los más grandecitos ya cuando llegan de la escuela no tienen a dónde ir así que vienen a ayudar a las mamacitas, porque también tienen que aprender a trabajar… Nos ofrecieron una guardería para los niños, guantes, fumigar los moscos cada mes… pero nada ha llegado”

Es obvio que desde los enfoques que parten de la culpabilización de la víctima (geografía de la culpa) las madres llevan a sus niños por ignorancia, por falta de cultura, de ahí que se considere como solución la imposición punitiva de reglas y prohibiciones en lugar de brindar alternativas estructurales.

“Nosotros hemos tenido que armar carpitas, ahí ponemos todo el material que vamos reciclando, pero ahí mismo duermen los niños, ahí mismo comemos, nos cambiamos, nosotros quisiéramos estar aseaditas, tener un lugar seco para poner el cartón, aquí llueve siempre y todo se moja… Nosotros quisiéramos que aunque sea algo nos pagaran, del reciclaje se saca muy poco, por kilo de cartón pagan 5 centavos, por plástico duro 8 centavos y por el plástico suave 6 centavos… En lugar de eso, el Municipio quiere cobrarnos el 30% de lo que sacamos, en la noche los guardias nos roban nuestras cositas, el coordinador es violento, nos dice que si no nos gusta nos vayamos…”.
Mariana, Asociación de Minadores del Puyo.

La respuesta de los Gobiernos Locales frente al manejo negligente de desechos, recae en la falta de presupuesto, la mayoría de Municipios financia la gestión de Residuos Sólidos a través del cobro de una tasa (varía en cada Municipio) en la planilla de Energía Eléctrica, sin embargo en todos los casos los egresos superan los ingresos percibidos por lo que los Municipios deben subvencionar este servicio.

En el caso de Puyo por ejemplo, todos los ciudadanos y empresas, sin importar la cantidad de Basura que generen, pagan un monto unificado de 1,09 USD; de ahí que los gobiernos locales y los ciudadanos se encuentren subvencionando a los verdaderos productores de desechos: empresas e industrias.
Se requiere nada más de un proceso de caracterización de la basura producida en cada municipio para determinar los reales productores de desechos:

“En Coca, uno de los desechos mayoritarios son las botellas de agua. Esta es una zona industrial, hay cuatro plantas embotelladoras de agua y la gente compra promedio 4-5 botellas de agua al día. Cuando hemos hecho pruebas de calidad, el agua del sistema municipal es mejor, sin embargo la gente se ha acostumbrado al consumo excesivo. Muchas de las embotelladoras usan agua directamente del sistema municipal, mientras 1 botella de agua se vende hasta en 50 centavos, el m³ de agua municipal cuesta 1 USD.”
Ing. Willintong Guerrero.
Jefe de Higiene y Residuos Sólidos, I. Municipalidad de Francisco de Orellana.


El ejemplo anterior visualiza que LOS CIUDADANOS NI PRODUCEN TÉCNICAMENTE LA BASURA NI LA GENERAN BIOLÓGICAMENTE, si bien cumplen con un papel importante en los procesos de distribución y acumulación de la basura, ubicarlos como responsables directos deslinda de responsabilidad a las industrias y empresas.

En este contexto y si bien el artículo 264 de la Constitución Política del Ecuador establece que la prestación de servicios de manejo de desechos sólidos es responsabilidad de los gobiernos se considera necesaria una DECLARATORIA DE EMERGENCIA, que obligue el establecimiento de una PLAN NACIONAL para el manejo integrado de desechos coordinado por Semplades, los Ministerios de Desarrollo Urbano y Vivienda, Ministerio de Ambiente, Ministerio de Salud, Ministerio de Trabajo, Gobiernos Locales y Provinciales.

En este marco, se proponen las siguientes consideraciones:

1. Partir de la revisión y regulación de los proyectos actuales de tratamiento de desechos, ordenanzas municipales, tasas de servicios municipales, estudios de impacto ambiental, convenios con asociaciones de recicladores/as y empresas.
2. Promover Sistemas de Gestión Integrada de Desechos con tendencia a proyectos mancomunados. (Se debe además resolver el tratamiento de desechos de Parroquias Rurales que al momento se encuentran descubiertas en la mayoría de cantones).
3. Establecer una POLÍTICA DE RESPONSABILIDAD EMPRESARIAL, a través de regulaciones nacionales que constituyan un marco base para los convenios locales.
4. RECONOCIMIENTO Y REVALORIZACIÓN DEL TRABAJO DE RECICLADORES/AS, a través del fortalecimiento de asociaciones y organizaciones, la regularización de condiciones dignas de vida: medidas de protección, atención en salud, salario digno, sistemas de apoyo comunitario (guarderías).
5. Establecer procesos secuenciados, sistemáticos y permanentes de participación ciudadana para la reducción, reutilización, clasificación y correcta disposición de desechos. La responsabilidad ciudadana en este nivel también debería obedecer a políticas nacionales.
6. Promover la participación de las comunidades afectadas por los Rellenos Sanitarios y Basurales en los análisis de impacto socioambiental en salud, medidas de compensación, remediación y atención en salud.
7. Realizar un inventario de los pasivos ambientales desarrollando procesos de reparación y cierre técnico.


Como ejercicio final propongo construir el imaginario de nada mas un mes en el que todos/as los compañeros/as que trabajan con desechos dejaran de hacerlo, solo entonces el problema de la basura cobraría real visibilidad, la basura empezaría a incomodarnos, parecería multiplicarse exponencialmente, los olores, los lixiviados y vectores dejarían de ser una historia lejana que nos llega solo como relato y aún a pequeña escala comprenderíamos la urgencia de dignificar el trabajo de recicladores/as.

Ser reciclador, no es solamente conseguir el sustento con dificultad y con afán.
Ser reciclador es también rescatar patria, en las esquinas, en los postes, en los botaderos,
ahí donde la gente oculta la vergüenza de la basura de su exagerado consumismo.
Ahí estamos nosotros reciclando:
Fauna, aire, agua... Rescatando vida.

Rodrigo Ramírez.
RECICLADOR.